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Trabajadores de Mozambique que retornan desde Sudáfrica participan en actividades para controlar la propagación de la COVID-19

 

Maputo – A finales de marzo se hizo pública la preocupación en torno a la potencial propagación de la pandemia de la COVID-19 en Mozambique, pues en ese momento el Servicio Migratorio Nacional de Mozambique (SENAMI) anunció que más de 14.000 migrantes de Mozambique retornaron desde Sudáfrica por la frontera Ressano Garcia en un período de pocos días, mientras Sudáfrica declaraba el cierre de emergencia debido a la pandemia.

La mayor parte de estos miles de mozambiqueños viajaron de regreso a sus comunidades de origen ubicadas en las provincias del sur: Maputo, Gaza e Inhambane, que son las principales remisoras de trabajadores migrantes a Sudáfrica.

Un retornado recordó: “Yo estaba muy asustado cuando escuché hablar de esta enfermedad que está matando a muchísima gente en todo el mundo. Cuando los casos comenzaron a ser confirmados en Sudáfrica, mi empleador me advirtió acerca de la seriedad de la enfermedad y de que el cierre de fronteras sería inminente. Yo pensé que lo ideal era regresar con mi familia en Mozambique porque en el supuesto caso de que yo me enfermara ellos podrían cuidarme. Cumplí con la cuarentena de dos semanas y luego me quedé con mi familia en casa. Solamente salimos para cosas muy urgentes. Cada uno que sale y regresa se lava las manos con agua y jabón”.

En respuesta a estas inquietudes, la OIM Mozambique activó su red de trabajadores sanitarios comunitarios en las provincias del sur para identificar a los retornados en sus comunidades de origen y asegurar que se llegue hasta ellos con mensajes claves sobre prevención y observación de la cuarentena. Los esfuerzos mencionados son posibles gracias a los fondos aportados por ECHO (Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas) y por USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional).

Para identificar a los retornados, los trabajadores sanitarios comunitarios de la OIM se apoyan en el registro que el Organismo lleva de los trabajadores activos en el rubro de la minería, en los libros de registro de instalaciones sanitarias, redes de la comunidad y de liderazgo tradicional. Los líderes comunitarios y practicantes de la medicina tradicional también han colaborado.

Los retornados son contactados por teléfono y los trabajadores sanitarios brindan datos claves sobre la cuarentena obligatoria, medidas para la prevención y el manejo de la COVID-19, y vías de derivación en la medida en que sean necesarios. A los retornados se les pregunta también si alguien en sus familias tiene síntomas, y se les incentiva para que compartan todos los mensajes recibidos con la familia, amigos y vecinos. Los datos de los retornados se comparten semanalmente con el Ministerio de Salud.

Mozambique anunció su primer caso de COVID-19 el 22 de marzo, y algunas semanas más tarde, el lunes 20 de abril se informó acerca de 39 casos, 8 importados y 31 de transmisión local, en la capital, Maputo, y en algunas zonas de la Provincia de Cabo Delgado. Ocho personas han logrado recuperarse y 1.110 han podido ser testeadas. Aumenta la preocupación acerca del impacto potencial de un brote de COVID-19 en un país en el que los graves problemas sanitarios incluyen al VIH, la tuberculosis, la desnutrición y también otras enfermedades no transmisibles como la hipertensión.

Los esfuerzos comenzaron a finales del mes de marzo. Hasta ahora, se ha podido llamar a más de 850 migrantes y también se ha contactado a los integrantes de sus familias, indagando acerca del estado de salud de más de 4.100 parientes. Hasta la fecha, entre los migrantes retornados no ha habido ninguno que tras haber sido entrevistado telefónicamente hubiera manifestado síntomas compartibles con la enfermedad coronavirus.

“Todos estos esfuerzos han tenido un impacto muy positivo puesto que ayudamos a garantizar la seguridad de las familias de los migrantes”, dijo Andre Chambal, Supervisor en el terreno y Punto Focal de la OIM para la COVID-19 en Inhambane. “Hacemos listas y trazamos mapas de los retornados, y saben que pueden llamarnos si nos necesitan, en el caso de que tuvieran síntomas. Estamos felices de poder brindar apoyo a los migrantes y a sus familias en lo relativo a la prevención de la diseminación de la pandemia de COVID-19.”

El minero Laissane Tivane que regresó a Inhambane, su provincia, estuvo de acuerdo. “Me sorprendí cuando recibí un llamado de un trabajador sanitario comunitario de la OIM, que quería saber si me sentía bien”, declaró. “Me explicaron cuáles eran los síntomas de la COVID-19 y las medidas de prevención, y me dijeron que me quedara en casa hasta cumplir con los 14 días obligatorios de cuarentena, y que no dudara en llamarlos si presentaba algún síntoma. Estos muy agradecido por la atención de nuestra salud, la mía y la de mi familia”.

Se estima que más de 11 millones de mozambiqueños están viviendo en el exterior, siendo Sudáfrica uno de los destinos más elegidos. Generalmente buscan empleo en granjas o en minas, sobre todos quienes pueden insertarse en el sector formal, y unos 24.000 aproximadamente trabajan en minería. Los datos sobre quienes trabajan en granjas son menos completos, pero de acuerdo con estimaciones del año 2004 cerca de 80.000 mozambiqueños trabajaban en granjas de Sudáfrica.

Los trabajadores sanitarios comunitarios de la OIM han estado trabajando durante los últimos tres años en un programa que es financiado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el cual es implementado conjuntamente con la Asociación de Mineros de Mozambique y con los Ministerios de Salud y Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Mozambique. Este programa transfronterizo incluye controles ocupacionales de la salud de los mineros y también un seguimiento de cualquier caso de tuberculosis que se hubiera detectado entre los migrantes o sus familias en sus comunidades de origen en Mozambique o en los lugares donde trabajaban en Sudáfrica

En 2019, este programa permitió que se hicieran 18.000 controles sanitarios ocupacionales para trabajadores de la minería que pasaban por el cruce fronterizo de Ressano Garcia para trabajar en Sudáfrica. Adicionalmente, 141 trabajadores migrantes recibieron apoyo y seguimiento para poder completar su tratamiento contra la tuberculosis, y 435 familiares de estos migrantes fueron contactados para verificar su estado de salud.

La OIM ha estado apoyando al Gobierno de Mozambique en los planes de preparación y respuesta para la COVID-19, por medio de la implementación de una estrategia de base comunitaria que pone el foco en las comunidades afectadas por la migración.

Entre los esfuerzos pueden mencionarse las capacitaciones para quienes atienden partos de forma tradicional y para los líderes comunitarios en relación a la prevención de la COVID-19, trabajo con las estaciones de radio comunitarias para compartir mensajes relacionados con la COVID-19 en idiomas locales, y diseminación de mensajes en zonas de cruce de fronteras por medio de trabajadores comunitarios y de ONG locales asociadas.

Los equipos de la OIM también trabajan en sitios de reasentamiento para instalar puestos para el lavado de manos y llevar a cabo tareas de sensibilización y preparación para la COVID-19.

 

Para más información por favor contactar a Sandra Black en la OIM Mozambique, Tel: +258 852 162 278, Correo electrónico: sblack@iom.int